Mi vida, hasta ahora, fue bastante tranquila, considerando lo nerviosa que soy. Tengo el pelo colorado, cosa que me da mucha vergüenza, aunque no es mi culpa. Todavía no alcancé muchas cosas en mi vida porque mido un metro cincuenta y ocho, con suerte. Como siempre me gustó escribir y dibujar, me compraron muchísimos lápices que nunca tenían punta y que al final conseguí perderlos todos aunque me costó bastante trabajo. Con tal de charlar, aprendí varios idiomas, inglés, francés y japonés y las más de las veces a nadie le importa lo que digo.
Después de la primaria, hice la secundaria y después me anoté en la Universidad de Buenos Aires. Pero en vez de ir, hice unas materias a distancia, porque esta vez no me iban a agarrar así de fácil. Ahora sí voy, porque quiero, no porque ellos me digan. Estudio diseño gráfico, o por lo menos ellos dicen que cuando termine , me van a dar un papel que diga eso, en letras grandotas para que todos lo lean.
Fui a aprender a dibujar manga, y volví. Me autoedité unas revistas y una novela que vendo en exposiciones y eventos y algunas personas que las compraron me dijeron que se rieron mucho leyéndolas en el colectivo o el subte. Y otras personas no se rieron nada, pero igual llegaron bien, no se perdieron ni nada, y eso es bueno.
En el 2010 me uní a un team de Parapara y ya no pude parar. El parapara es un baile típico japonés con música eurobeat, para que sepas. Tengo blog, tengo flog, tengo twiter, tengo portfolio, tengo pagina web, tengo un mundo de sensaciones que te podría regalar, pero no. Y tengo dos dedos de frente para seguir pa´ delante con todo, que lo tiró…
LiNa
