sábado, 28 de marzo de 2009

CAPITULO 2: KURO...

Kuro se da vuelta y camina lentamente por el parque. Su andar es pausado, su rostro refleja cierta tensión interior. Es alto y delgado, de tez pálida y profundos ojos marrones, su mirada se oculta debajo de largos mechones de cabello negro y anteojos oscuros.

El lugar va poblándose de niños y ruido, Kuro detesta todo ese movimiento y apura el paso para salir cuanto antes de ahí. Hasta ahora, en sus veintidós años, no recuerda haber disfrutado demasiado de los paseos diurnos y la muchedumbre. Sus pensamientos se aclaran, paradójicamente, en la oscuridad de la noche y la soledad.
De naturaleza desconfiado, nunca fue muy comunicativo, y prefiere el silencio o la compañía de su música a la inconstancia del contacto humano.

Pocas veces encontró en los otros las respuestas que pudieran disipar su malestar interior. Esa era una búsqueda que sólo a él le tocaba emprender, para equivocarse una y otra vez de salida y volver a empezar hasta frustrarse al no poder encontrar la manera de aliviar esa inquietud interior que, por un lado lo frenaba como si soportara una pesada carga sobre sus hombros y ya todo le diera igual, y por otro lado , sobre todo en las noches, le diera fuerza, como una llamarada de fuego que lo obligaba a rebelarse contra esa angustia y ahí sí, era cuando componía, dibujaba, creaba, tratando de salir con manotones de ahogado de ese infierno helado que lo envolvía.

Se podría decir, que por el momento, la soledad es mi única compañía, qué ironía – pensó Kuro – Pero todas las veces que intentó abrirse a alguien solo consiguió alejarse más y más hasta volverse un extraño insondable, lastimando sin proponérselo a quienes quisieran alcanzarlo y salvarlo de sí mismo.

No es que fuera un disconforme insatisfecho por seguir la moda. Es cierto que lo siniestro ahora es una tendencia para algunos y cierta vestimenta y actitud solo responde a una frivolidad del mundo consumista. Para Kuro todo eso le era indiferente, “es efímero” –pensaba para sí mismo – no necesito pararme a blasfemar ni hacerme el macabro, todo eso era una pendejada – se rió cínicamente, sabiendo que era cuestionado y rechazado por muchos que decían ser sus amigos.

Es la humanidad la que le daba miedo, los hombres destruyéndose unos a otros, aislarse era así su modo de protegerse ante tanta insensibilidad, eso era lo paradójico que los demás pensaran que él era el insensible cuando era todo lo contrario, un modo de rebelarse pacíficamente contra su propia generación que buscaba rodearse de vanidades y cosas sin sentido. Necesitaba apartarse, refugiarse dentro de sí mismo para tolerar tanta falta de justicia y gritar por dentro. Ya sabía que a algunos él les parecía tenebroso y su forma de pensar incomprensible y tétrica pero lo tenebroso estaba afuera, él solo lo reflejaba y su vestimenta oscura no tenía porque causarle miedo a nadie, digamos que era su forma de llevar un luto interno por este sombrío mundo

“Sé que para algunos puedo ser un ángel y para otros un demonio vengativo. Simplemente abro mi alma a la oscuridad que es de donde viene todo. Me siento por momentos vacío, desgarrado por dentro, tengo la necesidad de aferrarme desesperadamente a alguien, aunque se positivamente que va a ser un error ya que terminaríamos doblemente heridos y yo más solo que nunca.
Pero es que no encuentro nadie que comparta mi manera de ver las cosas- reflexionó-, o quizás que no la comparta pero que me arranque de la profundidad de mi cuarto, yo también quisiera ser feliz con las cosas cotidianas, absurdamente feliz si pudiera hasta la idiotez total con tal de no pensar.”

Para Kuro la ciudad es un cíclope voraz, sediento de espíritus ingenuos, que busca devorar y digerir, mimetizándolos con la rutina gris y vulgar, es difícil encontrar lugares donde ser uno mismo y escapar de ese ojo que como un reflector busca dejar al descubierto y a la intemperie cualquier sensibilidad diferente para aplastarla, justamente por eso, por apartarse del cuadriculado establecido.

La música es para Kuro un refugio que le ayuda a expresar lo que siente y dibujar le permite sacar afuera sus demonios internos, a veces cuando termina un trabajo, el mismo se sorprende, “todo eso tenía adentro?”. A veces después de pintar sale a la noche a caminar y disfrutar de los sonidos sordos de la ciudad dormida, generalmente hay poca gente, o sino los de siempre, los que habitan las esquinas, los rincones, para resguardarse de la poca fe de la gente, de la indiferencia y las miradas sin ver que los rozan con urgencia apenas por encima.

Excepto estas últimas noches, en que apareció esa piba, con sus papeles y sus aerosoles, mirando para todos lados. “¡Graffitis!”, “¡qué pérdida de tiempo!, total después vuelven a pintar la pared y todo el trabajo fue en vano!” – piensa Kuro.
La otra noche, cuando ella se fue, Kuro se acercó al mural y lo miró detenidamente, no es que estuviera mal, no, sino que era simplemente un buen dibujo sin gran significado, abajo en un costado había algo que podía ser una especie de logo pero no basta para saber si era el nombre del autor o parte del dibujo, de esta forma no se jugaba demasiado. Para él, lo mejor del arte callejero, era eso, el riesgo, transgredir y encima poner que fuiste vos, que te reconozcan y así pasárselo por la cara a todos. Y después estaba el tema del mensaje, aquí no había ninguno, o si? En todo caso no era explícito, para él era preferible un lema directo, que denunciara una injusticia o algo, una manera de sacudir al peatón que va como sonámbulo ensimismado en sus cosas, una especie de venganza contra el sistema.

-Bah! Sale a pintar a la calle, porque no creo que en la casa la dejen ensuciar ni un pedacito de pared de su propia habitación- pensó escéptico- Y no creo que tenga nada para decir, salvo que quiere que la admiren!” igual no es que estuviera del todo mal , es que a él no le llegaba. Kuro se alejó caminando sin un rumbo prefijado, simplemente a donde lo llevara el laberinto de esa ciudad en espiral donde él se sentía caer.

Nilén esperaba ansiosa el abrigo de la noche, ya tenía preparada su mochila con los aerosoles y estaba esperando a que todos estuvieran dormidos en su casa para salir a pintar, a veces Ollie la acompañaba, pero últimamente ya no se lo pedía, ya se había acostumbrado a ir sola al parque, que no estaba muy lejos, y no necesitaba niñero que la cuide.

Pero esa noche se encontró con una desagradable sorpresa, alguien había pegado una veintena de afiches en SU pared, tapando sin consideración alguna su mural. No entendía por qué había elegido justo ese lugar para hacerlo, si podía haberlos pegado en cualquier otra parte. Nilén se acercó a leerlos a ver de qué se trataba, “Bueno, si es la búsqueda de alguna mascota perdida, o algo cuya urgencia justificara ignorar una sincera expresión de arte y tratarla como si no le importara a nadie, trataría de entenderlo” –pensó- Pero no! Era el anuncio de un recital, alguien había hecho un dibujo, sí, muy interesante, pero era una simple propaganda, encima una banda que no conocía y seguramente no le gustaba. Nilén torció la boca en una mueca, para colmo esa onda a ella no le caía para nada. Siempre había tenido un espíritu positivo y de mirar para adelante, así que eso de andar escarbando buscando lo nefasto de cada situación, revolcarse y chapotear en las desgracias (que todos podemos tener) y hacer de eso un culto a lo tenebroso, no le parecía más que una pose para impresionar a los demás, decididamente, esa música no le gustaba.

Enojada, empezó a arrancar los afiches, sacudiendo la cabeza, aunque dobló uno y se lo guardó en un bolsillo. Ya los iba a hacer un bollo y arrojarlos, cuando sintió una mano en su hombro.

-No deberías destruir lo que no es tuyo. ¡Aunque mirá a quien se lo estoy diciendo!- se dirigió Kuro a Nilén reprochándole con sorna.

-¿Vos quien sos? ¿Vos dibujaste esto? ¿Y por qué arruinaste mi mural? ¿No tenías un lugar mejor donde ir a pegarlos?... ¿Qué? Qué me dijiste? –reaccionó Nilén

- Esa no es tu pared, que yo sepa. En cambio esos dibujos son míos, el papel es mío, la tinta es mía, las ideas son mías..mejor devolvemelos, si querés quedarte el que te guardaste en el bolsillo, quédatelo, no importa.

- Eh? Ah, ni me di cuenta. No, no lo necesito. Están buenos, pero lo que no tolero es que seas tan desconsiderado con el trabajo de otros.

- No hablemos de consideración, alguien que se dedica al vandalismo..en fin, porque vos no le pediste permiso a nadie para pintarrajear la pared, ¿o me equivoco?
- ¡No es vandalismo! ¡Es arte!-se quejó Nilén.

- No digo que no sea artístico, digo que la forma de expresarlo es un abuso, tal vez? ¿Un acto de destrucción? Mis afiches los podés sacar, pero la pared no, te impones, obligas a los demás a que lo vean les guste o no.

- Para mi no es vandalismo, es simplemente libertad. Yo no quiero arruinar nada, esta pared ya estaba vieja y arruinada, no le importaba a nadie, no iría a ensuciarle la casa a nadie, por ejemplo, no es mi intención molestar a la gente!

- Y por qué pintas graffitis, entonces? No es por el gustito al riesgo, a lo prohibido, aunque deberías aprovechar para decir algo que hiciera pensar al que lo lee, que lo sacudiera un poco de su rutina, sino para mí no tiene sentido tomarse ni siquiera el esfuerzo.

- Yo no pienso así. No necesito quejarme al mundo, solo quiero comunicarme con la gente a través de lo que dibujo, sacarle el mayor provecho a la ciudad, busco lugares donde mi dibujo pueda respirar, que alguien lo mire al pasar y primero no le importe, y pase otro día y le dé más curiosidad y después termine preguntándose quién lo habrá hecho, qué es y se termine enganchando. Me hace ilusión pensar que hago visible un lugar que antes era ignorado por todos.

- Te das cuenta que tu ilusión tiene una vida muuuy limitada, no? Que tarde o temprano alguien lo borrará. Bueno, es lo malo de hacerse ilusiones…En fin, dame mis dibujos y te dejo con tus sueños, a propósito yo me llamo Kuro y vos?

- ¡Tomá! Mi nombre es Nilén –dijo a regañadientes, devolviéndole los afiches- y yo no tomo las ilusiones en broma, para mí son importantes! Y dio media vuelta dispuesta a volver a su casa, ya se le había arruinado la noche!


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martes, 24 de marzo de 2009

URBAN HACKERS

Capítulo 1


URBAN HACKERS
Se despierta la ciudad , su corazón de metal ya empieza a palpitar a un
ritmo veloz que se irá acelerando con el correr de las horas, imparable e
incansable, hambriento por nutrirse de las ansiedades, las inquietudes, los
anhelos de quienes gastaran en uno y otro sentido sus arterias y avenidas impacientes por alcanzar lo que en apariencia es su destino.
La silueta de un chico de unos 20 años se recorta contra la pared de un
edificio, va con los hombros un poco levantados y las manos en los
bolsillos. Su cabello rubio cae rebelde sobre la frente, si bien no lo lleva
demasiado largo, sus ojos oscuros se entrecierran calculando las
dimensiones, las distancias, las piezas de ese rompecabezas de hierro y
asfalto. Tiene una estatura mediana y por momentos sus músculos se tensan
alertas como un felino dispuesto a saltar.
“A veces me siento acorralado, andando por caminos trazados por otros que
no son los míos”. Noah viene pensando en esto, mientras mira las fachadas
de los edificios, su mirada se detiene en alguna rendija de una ventana
curioseando en su interior, tratando de imaginar lo que hacen quienes están
dentro de esa casa. Desde que puede recordar siempre sintió que él veía todo
lo que lo rodeaba de una manera diferente que los demás, él encontraba o
notaba cosas donde los demás pasaban de largo sin ver. Una antigua placa detallando alguna hecho que ocurrió en el lugar y que los demás no descubrirían, un balcón antiguo con un triciclo tirado, la ropa
colgada... y él trataba de imaginarse cómo era la vida de esa gente. Una casa a medio demoler, donde se puede adivinar en qué lugar estaba la cocina, una
columna de azulejos gastados donde todavía queda una calcomanía pegada como
testimonio de algún viaje familiar...”Quiero trazar mi propio camino. Superar mis
límites y mis miedos, franquear los límites de los demás y atravesar...atravesar las barreras y meterme en ese mundo que voy diseñando en mi mente”
Noah llega a una plaza y mira a su alrededor, allí hay un banco de madera con
la pintura descascarada pero para él ya no es solamente un lugar para
sentarse y descansar, más allá hay un poste y luego un muro...va dibujándose
en su imaginación un recorrido diferente y siente ya como su cuerpo despega
del piso y se proyecta buscando la libertad de moverse más allá de lo convencional.
Sonríe para sí mismo al recordar la reacción de algunos de sus
amigos cuando les dijo que iba a hacer Parkour, “porqué?” le preguntaban,
“porqué no haces otro deporte? Qué es eso? uf! vos lo que querés es cortarte
solo!” Le costó que lo entiendan y a regañadientes lo acepten, que no era
solo un juego sino toda una filosofía de vida para él, una manera de franquear obstáculos, primero en la calle, en el afuera y luego en su
interior... Bueno, que se le iba a hacer, no les quedó otra que aceptar, si él siempre había sido así, tal vez un poco soñador, un caminante incansable de la ciudad, un explorador en busca de una respuesta que le devuelva
el sentido a estar inmerso en esa selva de concreto. No, no quería pensar en aquel día, cuando la ciudad en su hostilidad, en su diabólico torbellino, arrasara con la vida de su hermano. El accidente...marcó un antes y un después en su vida, siempre habían sido tan parecidos y tan diferentes a la vez, con ideas totalmente opuestas pero con esa intensidad en común para llevar adelante un sueño. Su hermano había sido siempre el “jugado”, su audacia solo era superada por su alegría por encarar cosas nuevas, por probarlo todo.
Después de lo que pasó, Noah sintió
que vivía en un lugar siniestro, dispuesto a pisotear a quien no se
mimetizara con el gris del cemento y acatara sin rechistar todas las reglas
y normas impuestas sin burlar jamás la rutina, y así trató de ajustarse,
para no desafiar la suerte o más bien lo que creía su mala suerte hasta que conoció a quien le enseño eso del parkour y fue su liberación.


Más allá en ese mismo parque, alguien más se rebelaba a su manera contra la rutina. Una chica de unos 16 años, con su pelo recogido, se encontraba agachada al borde de una pared
-“Ajjj! ya me manché la remera de vuelta, mierd...!” se dice Nilén a si
misma. –“Genial! no tengo ni una limpia! después viene la gente y me dice .. “que lindo estampado, lo hiciste vos?” Ayy, que tarados!” Nilén retrocedió unos pasos, para ver en conjunto como iba quedando su trabajo en la pared, sonrió conforme y agitó el aerosol escuchándose en la incipiente mañana el sonido de los cascabeles característicos. Ya solo faltaba poner su firma para terminar el graffiti, que esta vez era bien grande y le había costado toda la noche y parte de la mañana, pero por dios que esa pared abandonada y deprimente pedía un poco de color a gritos. Se agachó con el aerosol negro en la mano pero algo le hizo mirar hacia arriba...cuando sintió un golpe en la cabeza y se desplomó en el piso sobre todos los aerosoles sin saber todavía qué le había caído encima.
- ¡Uhhhh! ¿Estás bien? Perdóname, no te ví ahí agachada...!- dijo Noah
ayudando a levantarse a Nilén, o más exactamente intentando hacerlo ya que
Nilén ya estaba de pie empujándolo.
- ¡¿Pero vos estás loco o qué?! No te fijás por dónde vas!! ¿¡Qué..vas
saltando por ahí como un pelotudo o te persigue tu ex novia para tirarte
por la cabeza las porquerías que seguramente le regalaste?!!!..
- Uyy! Bueno, disculpame...es que nunca hay nadie por acá tan temprano. No me
podía imaginar, desde el otro lado de la pared no se ve...
- Es que no hay nada que ver, nene!! No se supone que me caiga ningún gil
trasnochado en la cabeza...y...Hablando de eso, que hacés vos saltando así,
qué?..Se te metió un resorte en el culo?!
- Jaja!..Es..., como te explico,... una disciplina, algunos le dicen deporte,
se llama parkour. Bueh, disculpame de vuelta , eh? Chau, que sigas bien.
- Qué..queé!! No!, pará, pará un cachito! Vení, para acá y me explicás bien,
y me ayudas a juntar las cosas, uf!!.
- Sehh, y...vos que hacías? Ensuciabas las paredes ajenas, por lo visto.
- Hacía Arte! Arte Urbano, che!
- Arte?..Vandalismo, que le dicen también. Ja!
- Vándalo y bruto serás vos! Yo por lo menos no amenazo con dejarle una
contusión cerebral a nadie ni con romperme mi propia nariz tampoco.
- Bueno, bueno. Por lo menos nadie salió lastimado.

Noah ayuda a juntar los aerosoles a Nilén y comienzan a caminar juntos.
- Empecemos de nuevo –dice Noah- ¡Linda mañana! ¿no? Mi nombre es Noah y
vos.. ¿Cómo te llamas?
- Me dicen Nilén. Ese que está allá, saltando la escalera con el skate es mi
hermano Tavo, pero decile Ollie.
- ¿Ollie?..por?
- Por lo del skate, no sabes lo que es un ollie? Uf, es básico..mirá es
cuando saltas con la tabla así , sin agarrarla con la mano. Mirá, mirá lo
que hace , es lo más! – dice Nilén señalando a su hermano.
- Ah, si, claro. Yo también hago mis trucos, los flips y eso..Igual que tu
hermano yo también salto en el aire y puedo hacer giros pero sin la tabla.
je!

Ollie levanta un brazo a lo lejos saludando a Nilén y ésta hace un ademán
llamándolo.

Ollie tiene 14 años , es alto y delgado, de su gorra se escapan los largos mechones de su cabello lacio y rojizo. Lleva un pantalón holgado y una remera larguísima. Se parece a su hermana, ambos son delgados aunque Nilén
es más baja, a pesar de ser un poco mayor, y tiene el cabello mas cobrizo, contrastando son sus ojos verdes. Ollie toma carrera con el skate y antes de acercarse aprovecha para deslizarse con su tabla por el pasamanos de la escalerilla de la plaza. – A eso se le dice grindar- le dice Nilén a Noah. Finalmente llega junto a ellos y levantando con un movimiento de su pie el
skate lo acomoda debajo del brazo y saluda a Noah.
- Hey! ¿qué tal? ¿cómo va? Y ahora a quien está jodiendo la limada de mi hermana?
- Hola, soy Noah. En realidad, yo le caí como venido del cielo a tu hermana
Nilén le cuenta a su hermano cómo acaba de conocer a Noah y el deporte que
practica.
- No te hagas problema por ella! Si tiene la cabeza como un adoquín! Así que
parkour eh? yo creo que tenemos mucho en común. – dice Ollie.
Ambos comienza a conversar animadamente sobre deporte y dejan atrás a
Nilén que los sigue, tratando de llevar los aerosoles sin que se le caigan.
“Claro , yo los presento y ahora me dejan sola” –piensa Nilén- mientras mira
a su alrededor. Ya hay un poco más de gente en la plaza. Su mirada se
detiene un momento, algo llama su atención,..pero...

- ¡Espérenme! –grita Nilén. Los tres se paran junto a una pared totalmente
llena de graffitis y continúan charlando y descubriendo que los une una
extraña fascinación por la ciudad, por reconocerla cada uno a su manera.
Para Nilén es como un lienzo en blanco, para Noah es un lugar para explorar,
una entrada para ir de un mundo a otro, para Ollie es una pista para
deslizarse, “voy sobre la cresta de la ola de cemento” se ríe Ollie de sus
propias ocurrencias.
Nilén los escucha abstraída por sus propios pensamientos. “Hmmm, sí, que
bien le había “caído” Noah, y parece que a su hermano también”. Por un momento se distrae, más allá, a lo lejos, recostada contra un árbol, reconoce una silueta que le resulta familiar..

“Qué raro a esta hora” – se dice Nilén- “generalmente está de madrugada, ni
bien sale el sol desparece” Ya lo había visto otras veces, cuando había
estado pintando casi de noche, siempre que lo ve está muy concentrado con
sus papeles en la mano escribiendo algo o dibujando, siempre solo,
bueno...igual que ella. “Bah, qué me importa!” piensa. Ahora sí consigue concentrarse en la charla, se sonríe de algo disparatado que está diciendo su hermano, como siempre, y los tres siguen caminando hacia donde ella había estaba mirando, pasan gesticulando y riendo cerca del “desconocido” , sin levantar la vista Nilén trata de seguir el tema de la conversación que gira ahora sobre las casas abandonadas y cosas así.

- Uy! ¡Un paredón abandonado! Es una tentación irresistible para mí!
Enseguida quiero traerlo a la vida con mil colores y las figuras se me
aparecen solas entrecerrando los ojos y siguiendo las líneas de las
grietas…– le cuenta Nilén a Noah, mientras van llegando a la esquina
y, solo por curiosidad, mira por encima de su hombro hacia donde se
encuentra ese anónimo y ocasional compañero de madrugadas.
- Sigue ahí, sin moverse. –se dice a sí misma.
Ya en la esquina, se despiden y quedan en encontrarse nuevamente. Noah se
sube a un colectivo, mientras Nilén y su hermano cruzan la calle.
Junto al árbol, la silueta parece abandonar su mimetismo y se aparta. Kuro recoge sus papeles y empieza a caminar . Ya terminó por hoy. Mira por encima de sus anteojos hacia la calle, donde Nilén se va alejando junto a Ollie.

LiNa


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domingo, 22 de marzo de 2009

LADRIX

Esta es la historia de un pibe que se pasaba el día en la compu (seh, como yo) pero él comía en la compu, dormía en la compu, se bañaba en la compu. Una noche le agarró un embole bárbaro y se fue un toke a un boliche a ver que tal, allí se le acercó una piba toda vestida de negro y le dijo al oído:
-viste, ese que te mandaba todo ese spam? Bueno, era yo!
- Me cag..! –le dijo el pibe- qué mala, me tildabas todo el juego!!
–Bueno, pero no lo hacía de garca, es que vos sos de guan, me entendés? – le reveló ella mirándolo fijo- ¿no te asombra?
– No, ni ahí.
-Porque sos el elegido. Nos tenés q ayudar. Una empresa q se llama Ladrix quiere acaparar internet y nos va a sacar la banda ancha y nos va a bloquear el iutub y todo, tienen unos tipitos todos iguales con anteojos que te siguen hasta debajo de las piedras para convencerte.
-Uy no!
-Uy si! Te van a ir a buscar al laburo, vos no les des ni esto de bola, escondete abajo del escritorio y llamame al cel que yo te voy a decir lo que tenes que hacer. Después te voy a llevar a conocer a mi amigo Morfi, que es un capo en computación, él te va a llevar con una pitonisa que te lee la borra del café, sabes?
-No, no sé.
-Dale, andate ahora – le dijo la piba que al final se llamaba Trinity (si, lo dejé igual!)
El pibe se fue pensando que desde que reinauguraron ese boliche ahora era lo más. Al otro día lo fueron a buscar los de Ladrix, como había dicho Trinity, el pibe se metió abajo del escritorio pero los tipos lo agarraron igual y lo empezaron a marear, que te damos 6 megas, le decían, 3 meses a mitad de la tarifa, 1 kilo de helado, y un montón de mentiras más, a cambio de que les diera la lista de sus contactos y asi le hacían más descuento.
-No, no quiero. Ya una piba me advirtió de ustedes y yo no me puedo ortivar con ella, está muy buena! Además todo lo que ofrecen es mentira, la conexión te la bajan a cada rato, al mes mandan una carta diciendo que aumentó y el helado es feol
-Callate! Ahora te vamos a coser la boca y te vamos a meter un modem wii fii por el ombligo, que joder!
Y Asi el pobre de Meo (que?..qué?!) estaba llorando sentado en el cordón de la vereda cuando pasó Trinity con el auto y lo vió.
-Mirá lo que me hicieron!-le dijo el pibe-me metieron un modem wii fii por el ombligo y ahora me duele la panza y quiero ir al baño!
- Subí-le ordenó Trinitry, y con un sacacorchos, sacapiercings , con lupa, lima y un tenedorcito chiquito, se lo sacó y se lo mostró a sus amigos.
-Pero mirá vos, que modem más pedorro que le ponen! Con esto iba a tardar 3 días en bajar música! Bueno, secate la cara que vas a conocer a Morfi-lo consoló Trinity.
Cuando Meo lo vió a Morfi pensó -Uh que buenas gafas que tiene, se ve que es un grosso el chabón! Morfi lo estaba esperando y le dijo:
-Tengo algo para vos, adiviná en que mano está.
Meo le dijo, en la izquierda, no ahí no era, entonces le dijo la derecha, no ahí tampoco, era en las dos, y le dio unas pastillas para el dolor de panza.
-Ahora vas a conocer a la pitonisa que es amiga mía. Ella siempre está cocinando galletitas de limón, vos no le pidas que no es de convidar- le recomendó Morfi.
Meo fue de la pitonisa que antes de pasar le dijo:
-Ya sabia que venías, no me hablés que ya sé lo que vas a decir, no te sentés que después te vas a parar.
Al salir Morfi le preguntó qué le había parecido.
-No se, es media versera, me dijo que me iba a levantar a Trinity y no es cierto porque ella no me da ni 5 de bola.-le contó Meo.
-Para conquistar a Trinity tenés que saber pelear bien-le batió Morfi-yo te voy a enseñar a jugar Mortal Kombat en la realidad virtual.
- MK? Qué me vas a enseñar vos? Si yo ya lo jugué en todas las consolas, me se todos los trucos, las fatalities, las friendships, las brutalities, psssss! Haceme el favor!
Pero Morfi le ganaba siempre a pesar de los esfuerzos de Meo
-No vale, aquí en lo virtual no me anda el botón arriba-abajo, patada alta, patada baja, no juego más!
Morfi lo agarró de la solapa y lo llevó a la terraza y le dijo:-Tirate!
-So loco vo! Tirate vos, negro!
Y Morfi, lo empujo a Meo que rebotó unas cuanta veces contra el piso, pero todo bien el chabón, ningún rencor con Morfi.
Después se la pasó de aquí para allá siguiéndola a Trinity a ver si le daba algo de cabida y se fueron a una casa abandonada donde Meo vió un gato, después vió otro gato igual, y otro y otro, hasta que Trinity le dijo que no rompa más con eso, era una casa abandonada, estaba llena de gatos, Meo medio se ofendió y les dijo:- después no digan que no avisé. Ahí nomás se armó una pelea bárbara con los de Ladrix que los habían seguido y Trinity llamó al operador al Cel y le pidió que les diga cómo escaparse.
-Vos salí por atrás y andate al local de Todo Pancho en Cabildo y Juramento y quedate pancha.-le dijo el operador.
El operador funcionaba así, ellos lo llamaban y él te decía como salir, te decía por ejemplo: “tomate el bondi, bajate una cuadra antes que si no te agarra el piquete, no vayas pa´l centro hoy que hay bolonki.”
Entonces se fueron a la Base, por así decirle, donde ellos vivían y confabulaban en contra de Ladrix.
Para ser del grupo tenías que vestirte con unas remeras largas con el cuello medio destejido y comer una cosa tipo quaker en una latita (para mi la pifiaron mal ahí). Al llegar les dijeron que habían raptado a Morfi y lo estaban obligando a jugar al Pac Man. En ese momento Meo se enojó una bocha y dijo: -Ahora sí, ya me tienen la paciencia seca estos tipos, cuando los agarre les rompo la cara, che! Y se puso un sobretodo negro largo y no se lo sacó más, ni en verano. Trinity lo miró y le hizo ojitos y le tiró un montón de onda. Envalentonado, Meo se fue a rescatar a Morfi, que ya estaba medio boludo jugando al pac-man y gritaba “me come, me come”. Meo se agarró a patadas mal con los tipos, se escapó a la terraza porque Trinity lo iba a buscar en un helicóptero y los tipos le tiraron unos cuantos tiros que Meo esquivó haciendo como en el baile de la escoba, que ya sabemos, después se fueron a planear como vencer a los de Ladrix y Morfi (sí ya lo habían salvado, obvio) le dijo que los tenía que pelear en el subte porque a ellos no les gustaba ir en subte porque nunca tenían monedas. Así Meo, los fue a buscar.
-Eh, Morfi?- lo llamó Meo por el cel- Ya me recorrí todas las líneas y no los encuentro, ahora estoy en Catedral, qué hago?
-No, tomalo de nuevo, hacé una estación, bajate en la 9 de Julio y combiná que están del otro lado del andén y tené cuidado con los pungas.
Para abreviar, Meo los agarró a piñas a los de Ladrix y les dijo que guay con pincharle la conexión ni cortarle el servicio todos los días a la madrugada. Del otro lado del andén estaba Trinity que le seguía tirando mucha onda, pero también miraba al tipo de rastas que tocaba el bongó en la estación y Meo pensó, ma sí, mejor me tomo el palo y me voy a jugar un rato en la compu.
LiNa

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Despues la subo con una imagen en www.fotolog.com/loony_lina ^^