CAPITULO 12 URBAN HACKERS: EL FINAL...

Ya en su casa, Nilén estaba pendiente del teléfono igual que el resto de la familia y amigos, su mamá estaba en hospital con Ollie que se recuperaba bien, salvo por la rodilla que habían tenido que enyesar. Noah había regresado ya con sus padres.
Las horas pasaban sin novedad y NIlén estaba perdiendo las esperanzas de que lo encontraran, finalmente sonó el teléfono y atendió su papá, ella se quedó parada en el pasillo escuchando como hablaba con la policía, cuando terminó, se dio vuelta y la miró, Nilén contuvo la respiración, la voz de su padre le sonaba lejana, trataba de entender lo que decía, pero sólo veía sus labios moverse y no conseguía organizar en su cabeza los sonidos como para comprender qué significaban, la habitación empezó a darle vueltas.
-¿Me escuchás, Nile? – le dijo su papá y la abrazó-¡ Lo encontraron! Bastante más lejos de dónde estaba, la corriente lo arrastró por el túnel, pero los bomberos lo pudieron sacar por otra boca de tormenta, varias calles más allá, el agua lo llevaba en dirección al río. ¿Me entendés?
Nilén asintió con la cabeza sin decir nada, una lágrima empezó a deslizarse despacio por su mejilla, seguida de otras hasta que el llanto se hizo incontenible, su papá le dijo que se acostara, que ya todo había pasado, lo mejor era que se quedara tranquila, pero después iban a tener que hablar.
Y hablaron, hasta el cansancio, todo el resto del año. El tiempo transcurrió sin mayores sobresaltos, comparado con las experiencias que habían vivido. Noah se había ido a estudiar a Londres, igual siempre estaban en contacto, a veces mencionaban como al pasar lo que había sucedido , pero en seguida cambiaban de tema. Ollie y Nilén siguieron con su rutina escolar, este era el último año de colegio para Nilén y sus padres no dejaban de llenarlos de recomendaciones cada vez que iban a algún lado, qué a dónde iban, con quién, que la habían sacado barata, que pensaran un poquito más, “sobre todo vos NIlén, que sos más grande”, le decía su mamá.
Kuro había estado un tiempo internado y NIlén iba casi todos los días a verlo, pero después que le dieron el alta, no se lo volvió a ver.
Ese día era el cumpleaños número dieciocho de Nilén, Ollie estaba en la habitación de su hermana, sentado frente a la ventana, recordando cuántas cosas habían pasado juntos en los últimos meses. “todos cambiamos mucho, después de lo que pasó” –reflexionó para si- “NIle está mucho más callada, y yo mismo me siento diferente”. Se quedó pensativo mirando hacia afuera por la ventana, así lo encontró su hermana cuando entró en la habitación.
-¡Ollie! ¡Qué raro verte quieto!-le dijo con una sonrisa burlona.
- No creas que es tan raro, lo que sí me parece raro es lo misteriosa que estás vos últimamente –contestó él levantando una ceja.
-Sí, tenés razón. Perdoname por mantenerte aparte, es que tenía que ordenar muchas cosas en mi cabeza – le dijo,sacudiendo el pelo como si asi fuera a deshacerse de alguna idea desagradable – tenía que descubrir qué cosas eran importantes para mí, y qué cosas eran importantes para los demás. Mientras le hablaba, sacaba su ropa del placard, tiraba remeras y pantalones sobre la cama, abría y cerraba cajones. Ollie se levantó y se dirigió a la puerta, “cuando su hermana no sabía que ponerse era mejor dejarla sola”-se dijo.
Nilén se detuvo un momento y puso una mano sobre el hombro de su hermano.
-Prometeme algo, Ollie – le dijo, mirándolo a los ojos.
-¿Qué?
- Mirá, yo no voy a estar siempre. Prometeme que siempre vas a seguir buscando tu pez dorado. No, adentro de una alcantarilla, ahí no está. Pero adentro tuyo, prometeme que no vas a abandonar tus ilusiones, que vas a mirar más allá de lo que todos ven.
Ollie se la quedó mirando, y recién entonces descubrió el bolso al lado de la cama de su hermana.
-Te vas…-dijo más como una aseveración qué como una pregunta- te vas y me dejas solo…
-No te dejo solo, bobo. Me voy porque tengo que irme. Kuro se va con unos músicos y yo no quiero volver a perderlo. Pero te voy a mandar mensajes, mails, y vos no te hagas el vago, escribime.
-¡No es lo mismo!-protestó Ollie-¡además vos sabes que no me gusta escribir, ni siquiera un mensaje de texto!- y se dejó caer en la cama de su hermana-¡No es justo!.
NIlén lo levantó tirando de ambos brazos mientras Ollie se movía pesadamente dejándose caer y haciendo melodrama.
-Ahora, necesito que me hagas un favor. Que le avises a mamá que me voy, y le digas que estoy bien y la voy a llamar en cuanto pueda.-le rogó a su hermano que de repente se paró en seco y la miró con los ojos desorbitados.
- ¡Qué lindo fardo, que me tiraste! Vos vas a estar muy en deuda conmigo, muy, muy-la amenazó Ollie apuntándola con el dedo. Después se asomó por la ventana y miró hacia la calle. –Dale, apurate y salí por la puerta de atrás, que ahí está Kuro esperándote con cara de cachorro abandonado.
Nilén agarró el bolso y se tiró encima de su hermano estampándole un sonoro beso en la mejilla
-¡Rajá de acá, che!-le dijo Ollie poniéndose la gorra-No, nos pongamos sentimentales.
Su hermana bajó la escalera corriendo mientras se iba poniendo una campera, Ollie se quedó mirando por la ventana y la siguió con la vista hasta que desapareció por la esquina con Kuro. Después cerró las cortinas y recorrió la habitación con la mirada, los posters, las revistas , los dibujos de NIlén…,se quedó pensando hasta que una voz lo sacó de sus ensoñaciones.
-¡Bajen a comer!-llamó su mamá.
-¡Ya voy!-contestó y empezó a bajar la escalera- ehmmm…antes tengo que decirte algo, má…¿estás sentada?...
FIN


LiNa