Otra vez una FabuLiNa! porque hay tantas animaladas para contar que el reino animal me queda chiquito. Como chiquita es esta historia y sus personajes. Leela si querés, es para que no aprendas nada porque total nadie te puede decir lo que tenés que comprender solito.
Linita era una pulguita movediza y dicharachera, como movedizas y dicharacheras son todas las pulguitas que he conocido. No se quedaba nunca quieta, no se quedaba nunca callada, no se quedaba nunca. Siempre se iba de un lado para el otro, apuradita ella por llegar, y cuando llegaba ya se tenía que ir. Hinchapelotas como ella sola, simpática, divertida, hablaba con todos los animales, ¿quién no tuvo una pulga alguna vez? pasa en las mejores familias.
Un día iba por ahí, al boleo, como pulga sin manija y se tropezó con una hormiga. Se hizo amiga enseguida por supuesto porque ella era así, charlaba con todos, no tenía dos dedos de frente, ¿tiene frente una pulga? No podés jugar con las hormigas –le dijeron las otras pulgas- ¿Dónde se ha visto que una hormiga tenga pulgas? No se puede. ¡Además la hormiga te va a picar y pica más fuerte que vos! Y pusieron el grito en el cielo, y el cielo se llenó de gritos de pulgas por primera vez en la vida. Pero Linita no escuchó (¿tienen orejas las pulgas?, capaz no fue culpa de ella) porque era muy obstinada, como toda pulga, y además tenía un cerebro así de chiquito.
Bueno , igual se hicieron muy amigos y jugaron mucho, a veces la hormiga la picaba, pero en seguida le decía que había sido sin querer, es que no podía dejar de ser hormiga aunque quisiera. Y a decir verdad, la hormiga la quería a la pulga, como una hormiga puede querer a una pulga, un poquito. Pero la pulga no estaba conforme, y se fue a ver al cirujano del bosque para pedirle que le haga un transplante de corazón.
- ¿Por qué querés otro corazón, si el que tenés te funciona bien? .le dijo el doctor.
- Porque quiero uno más grande – contestó la pulga
- ¿Y, para qué?
- porque necesito querer más, ahora, si Ud. no sabe hacer la operación, me busco otro doctor – se obstinó Linita.
- ¡Yo puedo hacer cualquier cosa! –se ofendió el doctor -¿querés el corazón de una mariposa?
- No, más grande
- ¿De una tortuga?
- No, más grande
- ¿De un pájaro, un gato, un perro, un zorro, un cocodrilo?
- Más, más grande. De un elefante, así de grande.
Y la operación se hizo con un éxito rotundo. El doctor estaba tan orgulloso de él mismo que organizó una conferencia en el bosque y todos fueron. A la pulga le dieron el alta (qué raro darle de alta a una pulga, ¿no?) y se fue muy contenta a ver a la hormiga convencida de que cuándo viera lo grande que era su corazón no la iba a picar más.
Todo el bosque estaba en la conferencia, en silencio , sin decir ni mu, cuándo de repente se escuchó una explosión y enseguida empezó a caer una lluvia finita, gris, y sin saber qué pensar, miraron a la eminencia, el doctor, para que explicara que había pasado.
-¡Explotó la pulga! –dijo el doctor corriendo en círculos – Tuve que estirarla tanto para que le entrara el corazón del elefante que no aguantó!
-¡Ooooohhhhhhhhhh! –exclamaron todos, pero tapándose la boca porque seguía cayendo piel de pulga.
- ¡¿ Y la hormiga?! ¡¡¿¿¿Y la hormigaa!!???
- Bien, gracias.
LiNa
Nota del Autor: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Ninguna pulga ni hormiga fueron maltratadas en el desarrollo de esta FabuLiNa.
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apa! morelaeja subjetiva muajaja muajaja
ResponderEliminarSe hubiera puesto un corazon de tortuga y final feliz jajaja
Abrazo mi prefee!
pura coinciddencia no?
ResponderEliminarprecioso como todo lo q escribis..
no hay q forzar las cosas....
si lo q ofreces alcanza es porque diste con la persona indicada =D..o la hormiga xD.
BECHOTE