lunes, 29 de junio de 2009

CAPITULO 11 LA TORMENTA...

Nilén se quedó mirando un momento su celular hasta que finalmente llamó a su casa. Estaba empapada, por eso las lágrimas que corrían por sus mejillas pasaban desapercibidas. No conseguía comunicarse, “justo ahora! –pensó-que me había decidido a contarlo todo, justo ahora no consigo señal!” Se sentía impotente y desamparada, estaba tiesa bajo ese toldo con la mirada perdida más allá de la salida de la alcantarilla, no le importaba llorar ya con quejidos leves, pasó un hombre corriendo bajo la lluvia y la miró con lástima.
Se sentía vencida y la sensación de pánico de que algo malo estaba por suceder la invadió de tal forma que le temblaba el cuerpo. En ese estado de shock estaba cuando alguien la abrazó fuerte y le dijo: -¡Estás helada!. Nilén miró hacia ese rostro y al ver a Kuro se dejó caer en su hombro sin poder hablar. Él le puso su campera por los hombros y buscó los ojos de Nilén que miraba desesperada la alcantarilla, no dudó un segundo y cruzó corriendo la avenida hacia la boca de tormenta, la tapa seguía semiabierta y Kuro comenzó a bajar por la escalerilla. Antes de desaparecer por completo por la abertura le dirigió una última mirada a Nilén e hizo un llamado desde su celular, después fue bajando hasta que ya no se lo volvió a ver.
Ya dentro del túnel, Kuro se alumbró con la linterna, el nivel del agua dentro del colector estaba subiendo, esa zona siempre se inundaba – recordó- estos túneles correspondían precisamente al entubamiento de un viejo arroyo que recorría la ciudad y las lluvias contribuían a hacer crecer su caudal, por eso precisamente se había construido un canal aliviador que llevaba el agua hacia el río. Era todo este laberinto de túneles los que habían estado explorando. El ruido de los autos y colectivos , aunque no muchos debido al mal tiempo, y el sonido de la lluvia, retumbaba dentro del túnel amplificado por el eco, por este motivo Kuro no intentó siquiera llamarlos ya que sabía que no lo escucharían. Tenía que apurarse, el nivel del agua subía rápido, la calle arriba estaba inundada y toda el agua iba a los desagües que desembocaban en el túnel. Dobló rápido en la bifurcación por la que habían tomado la última vez que estuvieron allí, el agua estaba a mayor nivel en ese tramo, le pareció ver sobresalir algo en el agua, pero no estaba seguro de qué era. Se acercó y lo alumbró con la linterna, era la mochica de Ollie, Kuro la tomó por la correa y la inspeccionó un momento para dejarla luego dejarla caer en el agua. Se dio la vuelta y siguió el corredor hasta donde había una compuerta, más arriba en la pared del túnel, había una abertura que conectaba con otro túnel a un nivel superior, según creía recordar, se dirigió rápido hacia allí.
Ya estaba llegando cuando vió una luz en el interior de la entrada al túnel superior, ¡al fin! –se dijo y contrajo la mandíbula con decisión- ¡allí están!
-¡Estamos acá arriba¡-gritó Noah haciendo señas con la linterna.
- ¡Rápido! ¡tienen que bajar, esto se está llenando de agua! – le respondió Kuro, miró para abajo y el agua le llegaba a la cintura, recién ahora se daba cuenta, una sensación de peligro instintiva, casi animal se despertó en su mente y se movió con mayor agilidad.
-Ollie, se torció una rodilla – explicó Noah- no puede caminar solo, subimos un nivel cuando se empezó a inundar pero no puede caminar hasta la salida. Es una vieja herida del skate, vamos a tener que llevarlo entre los dos. Yo lo agarró debajo de los brazos y vos ayudalo a bajar.
Noah tomó con fuerza a Ollie por las axilas y comenzó a bajarlo por la pared del túnel donde Kuro lo agarró por la cintura.
-¡Ya te tengo, amiguito!- le dijo Kuro a Ollie que tenía cara de dolorido- pasá un brazo por encima de mi hombro.
Noah bajó después y tomó a Ollie por el otro brazo y empezaron a moverse lo más rápido posible hacia la salida, el nivel del agua les llegaba al pecho, por eso trataron de elevar a Ollie lo más posible casi sin tocar el piso, ya que como él era más chico el agua lo habría tapado. Era difícil caminar por el túnel inundado, sin luz, ya que las linternas estaban mojadas y cargando una persona lastimada. Noah y Kuro se miraron por un instante sin decir nada, no querían asustar más a Ollie pero ambos sabían el peligro que estaban corriendo. Se apresuraron a tomar por la bifurcación nuevamente, en ese otro tramo el agua estaba más estancada, detrás de ellos se sentía un ruido fuerte como un rugido, era la correntada de agua que venía implacable, arrastrando todo a su paso. No tenían tiempo para mirar atrás, de pronto Ollie se resbaló del hombro de Kuro y se hundió en el agua, Noah se sumergió inmediatamente y lo tomó de la remera y comenzó a tirar de él hacia la escalerilla. Noah alzó a Ollie por sobre sus hombros y éste se aferró de la baranda.
-¡Fuerza, Ollie!- le gritó Noah- no vayas a soltarte. Noah empezó a subir junto con Ollie, empujándolo por los peldaños de la escalerilla.
Lo primero que Nilén vió salir fue la cabeza de su hermano, que miraba asustado a su alrededor, afuera lo esperaban sus padres, un grupo de rescatistas, dos autos de la policía y los bomberos.
Luego terminó de subir Noah, ambos fueron llevados a una ambulancia, los cubrieron con mantas para que entraran en calor y partieron hacia el hospital.
Nilén intentó desesperadamente abrirse paso entre los rescatistas, un bombero la tomó de un brazo y le dijo que no podía pasar
-¡Falta uno! ¡Todavía falta uno de salir!- le gritó frenética.
El bombero la miró incrédulo y fue a avisar a los demás de la brigada, enseguida se movilizaron los rescatistas y la policía, dos bomberos intentaron descender por la escalerilla pero no se podía ya que estaba todo inundado.
-¡Vamos a buscarlo en las demás bocas de tormenta!-informó el bombero- Intentaremos sacarlo más adelante, es probable que la corriente lo esté arrastrando hacia el río-concluyó.

-Nilén..-se acercó su papá hablándole despacio-vamos a casa, querida, acá ya no podemos hacer nada,solo molestarlos en su trabajo. Además los padres de Kuro están muy mal, les corresponde a ellos estar aquí.
Nilén se tapó la cara con ambas manos, estaba petrificada en el lugar, sentía que jamás podría irse, mientras se quedara allí se sentía cerca de Kuro. “Kuro”-pensó-“no sale, no sale…”
En el interior de la alcantarilla Kuro se mantenía sosteniéndose con una mano de la baranda de la escalerilla. Había quedado abajo esperando que Noah y Ollie terminaran de subir, el agua ya casi lo tapaba, iba a impulsarse con ambas manos para tomar envión y alcanzar el primer peldaño, cuando el rumor sordo del agua se hizo tan intenso como una explosión. Kuro sólo pudo dar vuelta la cabeza para ver venir el torrente furioso de esa masa de agua que lo arrastró sin dejarle tiempo a nada.

LiNa

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