jueves, 27 de enero de 2011

URBAN HACKERS II TOXIC ISLAND CAPITULO 5: LOS PLANES

En la habitación de Nilén sonaba una música pesada y fuerte, Kuro dibujaba concentrado en el significado de las letras, mientras NIlén lo observaba cada tanto al tiempo que releeía una vieja historia de terror.

Rapidamente iban tomando forma los trazos de tinta que Kuro esbozaba sobre el papel, y se convertían en un conjunto diferente de líneas, colores, espirales, salidas de algún sueño , una pesadilla tal vez.

Kuro levantó apenas la vista por encima de sus anteojos, y le dirigió a Nilén una mirada penetrante

-El otro día hable con tu hermano – le dijo- no le cayó muy bien lo que le dije
-Si, ya sé – contestó ella – algo me comentó sobre la charla de ustedes dos. Pero está todo b ien, solo que le parece que olvidamos nuestro espítiru de aventura, extraña la época en que salíamos a explorar.

Kuro, siguió dibujando sin responderle, trazó unas cuantas líneas más con movimientos amplios y se recostó hacia atrás en la silla, recorrió con la vista toda la hoja, con mirada crítica y finalmente sonrió, parecía satisfecho. Luego miró a Nilén.

-¿Y vos? ¿también lo extrañas? – le dijo con voz grave.
-¿ehh? – se sobresaltó NIlén - Ah, si..fue un momento muy especial, estábamos todos tan unidos, por la amistad, la curiosidad, la adrenalina…no sé, tal vez me gustaría volver a sentirme así.
-Las cosas cambian –sentenció Kuro –ya pasaron muchas cosas. De todas maneras falta Noah.
-Noah vuelve en unos días – respondió Nilén en voz baja- Esta vez a quedarse definitivamente.
-Bien – dijo él.

En la habitación de al lado Ollie miraba por milésima vez en la computadora las fotos que sacara con Noah la última vez que bajaron por la alcantarilla. La aclaró lo que pudo, la acercó con el zoom, Ollíe entrecerró los ojos. Le llamó la atención ese pasillo interminable, cómo nunca lo había visto anteriormente –se preguntó –él había mirado los planos una y otra vez y ese pasillo no figuraba en ninguna parte. Y a lo lejos, eso era lo más raro, había una tenue luz y recortada sobre ella la sombra de una mano, un brazo.

Ollíe se rascó la cabeza y hechó su gorra hacia atrás. Era de lo más raro – se dijo. Noah había tenido que partir sin verlas, pero ahora se las habia mandado por mail, y Noah le acababa de contestar. “No vayas a bajar sin mi” – decía el mail de Noah –“ llegó en un par de días, esperame y hablamos”

Eso es lo que iba a hacer, no iba a volver a arriesgarse solo – pensó firmemente Ollie – no, excepto que su hermana, su dichosa hermana, se interpusiera en sus planes y lo estropeara todo contándole a sus padres, entonces tendría que actuar antes.

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